Río y bosque, Valle de Andorra, Ushuaia

Río y bosque, Valle de Andorra, Ushuaia
enero de 2019

Canal Beagle, Ushuaia

Canal Beagle, Ushuaia
enero de 2019

lunes, 23 de diciembre de 2019

Araceli Otamendi


Volví a mi casa

Volví a  mi casa a buscar una vida que no había vivido.
La buscaba y no estaba ¿se había ido?
Buscaba en los rincones, en las fotografías, en los libros, en
algunos discos, en algunas cartas.
La buscaba en revistas amarillentas, en periódicos viejos cubiertos
de polvo.
En algunos juguetes gastados, en los placares y en los libros,
hasta en un vestido azul adentro de un viejo ropero blanco, la buscaba.
En las hamacas y en los toboganes de la plaza,  enrejada por las sombras
de algunos árboles vistos desde la ventana, la buscaba.
¿Adónde estaba esa vida?
En las páginas de algún cuaderno, la buscaba a esa vida que no había vivido.
¿Cómo era esa vida buscada? ¿luz de piedras brillantes como en una cueva
de rodocrosita?
¿Como los sueños que se esfuman apenas llega la mañana?
Supuse que un día, esa vida,  al despertarse y encontrarse sola en la casa había abierto la
puerta y sin pedir permiso se había ido a jugar

© Araceli Otamendi
Ciudad Autónoma de Buenos Aires



sábado, 14 de diciembre de 2019

Germán Mastellone - Poemas traducidos y versiones


SONETO DEL ANIVERSARIO


Pasan días, horas, meses, años
Maduran las ilusiones de la vida
Prosigue siempre dividida
Entre compensaciones y desengaños

Hace la carne más envilecida
Disminuyen los besos, crecen los daños
vence la idea de andar caminos planos
Mejor que llevar todo a los  cosas excesivas

¿Quieres antes que la aventura a la ventura
a medida que el tiempo nos emblanquece
Y se ablanda la fibra que era dura

Y yo te digo: amigo mío, olvidar ...
¡Qué grande es mi amor por esta criatura
Que ve el envejecimiento y nunca envejece.

Vinicius de Moraes

(Río de Janeiro, 1942)
Traducción Germán Mastellone



DOS POEMAS ADAPTADOS DE TORQUATO TASSO



A la que más he amado y adorado
la he visto cortando flores en el río
Fueron más las flores que abrió
con su pie en el prado
que las que recogió su mano
y asi un millar de lazos que el amor ha armado
flotaban en el oro de su cabellera
el aire de su voz era un alivio
que se escapaba del fuego de sus ojos
El rio se detuvo,
tal vez quiso ser el espejo
del paraíso de su hermosura
Y a sus cabellos tejidos de seda
aparentaba decirle
ven tu resplandeciente mujer
digna de corrientes de aguas imperiales
Ven a iluminar en mi tranquila onda.


TORQUATO TASSO
Traducción y Adaptación a la poesía moderna
German Mastellone

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VIDA DE MI VIDA
La vida que he vivido
me parece de oliva pálido,
o de cualquier rosado escuálido,
Pero la belleza de la vida es tan divina,
que de cualquier modo siempre me fue querida,
o anhelante, o esquiva;
Y quise fugarme, y me seguiste,
Y suavemente a destruirme me obligaste.


TORQUATO TASSO
Traducción y Adaptación a la poesía moderna
Germán Mastellone


APENAS EL SER

La palmera al final de la mente,
detrás del último pensamiento,  crece
en la decoración de bronce.

Un  pájaro de dorado plumaje
canta en la palmera, sin significado humano,
sin sentimiento humano, una canción extranjera.

Es ahí cuando sabes que no es la razón
la que nos hace felices o infelices.
El pájaro canta. Sus plumas resplandecen.

La palmera permanece al  borde del espacio.
El viento se agita suavemente en el ramaje.

las doradas plumas del pájaro caen lentamente,
encendidas en el aire.


WALLACE STEVEN

Traducción  Germán  Mastellone









EN PARÍS ANDUVO EL OTOÑO

Por París pasó ayer  el Otoño.
Por Saint-Michel se deslizó en silencio
en el calor sofocante bajo las hojas mudas,
y se encontró conmigo.

Iba de paso justo por el Sena
Cantando canciones me  alborotaban en el ánimo,
tan llenas de tizne, extrañas, tristes, púrpura:
que también  me matan.

Me alcanzó  el Otoño y susurró algo.
El bulevar Saint-Michel retembló.
Correteando por el camino
Iban hojas en enfiestadas.

Todo en un instante.  El Verano ni se inmutó.
Y de París huyó  el Otoño sonriendo.
Aquí estuvo, y cómo sólo yo sé,
bajo las hojas gimientes.


ENDRE ADY
De Sangre y oro (1907)
Traducción Germán Mastellone



























APENAS EL SER

La palmera al final de la mente,
detrás del último pensamiento, crece
en la decoración de bronce.

Un pájaro de dorado plumaje
canta en la palmera, sin significado humano,
sin sentimiento humano, una canción extranjera.

Es ahí cuando sabes que no es la razón
la que nos hace felices o infelices.
El pajaro canta. sus plumas resplandecen.

La palmera permanece al borde del espacio.
El viento se agita suavemente en el ramaje.

las doradas plumas del pájaro caen lentamente,
encendidas en el aire.

WALLACE STEVEN

Traducción Germán Mastellone


CIELO NUBLADO

Puedo decir que tu mirada es un vapor que se pierde;
tu mirar misterioso
no se si es azul, si es gris o es verde,
alternativamente tierno, cruel, soñador,
refleja la indolencia del color cielo.

Recuerdas esos días blancos, tibios, velados,
que hacían fundirse en lágrimas los pechos hechizados,
cuando los nervios, víctimas del mal que los agita,
muy despiertos, se burlaban del alma que dormía

Te asemejas a veces a esas tierras hermosas
que iluminan los soles de estaciones brumosas
y resplandecías, sobre el paisaje mojado
que los rayos inflamaban desde un cielo encapotado!

Exclamo que eres una mujer peligrosa
con climas seductores
Adoraré tu nieve como todos tus rigores,
y podré conseguir del invierno fatal,
placeres más agudos que el del hielo y el puñal.

CHARLES BAUDELAIRE
Traducción y Adaptación a la poesía moderna Germán Mastellone 



Germán Mastellone, (Avellaneda, Provincia de Buenos Aires, 1964) estudió derecho en la Universidad de Buenos Aires. Participó de la creación del grupo "Arte en la Calle" en los años 80, de pintura y poesía de Lanús. Es autor de los libros” Trepanaciones y otros laberintos terrestres”, y la “Antología Fundamental Inconclusa”. Es uno de los autores que recoge y expresa la nueva poesía existencialista en su contexto  latinoamericano. En la actualidad vive en la ciudad de Bernal, Provincia de Buenos Aires.  



viernes, 20 de septiembre de 2019

Yessika María Rengifo Castillo



Amar


Era obsequiar desprecios, y lamentos
Nostalgias, y palabras ausentes
Cambiar un instante de placer, y sueños
¿Qué es amar?
Tu nombre junto al mío, y los hijos que el tiempo nos dará.
Eso era,  amar.
O el laberinto que sumerge mi corazón
en tus celestiales ojos,
en días de invierno.


(c) Yessika María Rengifo Castillo
Bogotá 
Colombia

 Yessika María Rengifo Castillo es una escritora colombiana, docente, licenciada en Humanidades y Lengua Castellana, especialista en Infancia, Cultura y Desarrollo, y Magister en Infancia y Cultura de la Universidad Distrital Francisco José De Caldas,  Bogotá, Colombia. Desde niña ha sido una apasionada por los procesos de lecto-escritura, ha publicado para las revistas Infancias Imágenes, Plumilla Educativa, Interamericana De Investigación, Educación, Pedagogía, Escribanía, Proyecto Sherezade, Monolito, Perígrafo, Sueños de Papel, Sombra del Aire, Plumilla y Tintero, Chubasco en Primavera, Íkaro, Grifo, La Poesía Alcanza Para Todos, Ibidem, Narratorio, Piedra Papel & Tijeras,  Extrañas Noches, Cadejo, Microscopías, Psicoactiva, Ágora, Con voz  Propia, Un Mar de Letras, Cheshire, Luke, Revolución. Net, Venga Le Cuento, Carcaj, Nudo Giordiano, Contrapunto, El futuro del ayer, hoy, Fundación Cesar Egidio Serrano, Acceso Didasko, Letrambulario, Cultural Siete Artes, Letrantes, Puro Cuento, Temblor Asidero Poético, Kundra, La Galera,  Tu Breve Espacio, Anaquel Literario, Archivos Del Sur, Tártarus, Tertulia Literaria Mundial, Letras en el andén, etc. Ha participado en diferentes concursos nacionales e internacionales, de cuentos y poesías. Autora del poemario: Palabras en la distancia (2015),  y los libros  El silencio y otras historias, y Luciana y algo más que contar, en el librototal.com. Ganadora del  I Concurso  Internacional Literario de Minipoemas Recuerda, 2017 con la obra: No te recuerdo, Amanda.
           







lunes, 19 de agosto de 2019

César Javier Altamirano



Holly dice que hay un cielo

Holly dice que hay un cielo
donde no hay trigales.
No hay muertos. 
No hay tumbas.

Creo que la vida se nos escurre cada día
esa chica extrañamente aceptaba mi cuerpo
Mis labios, todo
También aceptaba la presencia de la muerte.
Hoy quisiera álamo del camino
péndulo del mar
volver a caminar a cielo abierto.
Transponer el muro
Y dibujar imágenes nuevas
en mi mente.

Esas flores de la niñez
con las que jugaba en secreto,
me persiguen y consiguen felicidad.

Cuando mis alas te buscan
las veo iluminadas, frescas.
Y te veo a ti.
Tan cerca de Dios
y del infinito.

Dos cerros se entrelazan
con un sol en el medio.
Dos niñas me cruzan en la infancia
el cielo es violeta y me arrastra.
El trigal se viste de música celestial.
Y yo, Holly te espero
para abrazarte hasta el fin.

                                                 El señor de Iguazú

Los dedos del señor de los cielos
están aquí.
Aunque la garganta me anuncie
que el ceño de mi cintura
se va a sumergir desde el balcón
mi cuerpo, mi mirada 
se recuestan sobre el infierno de este sueño.

La lluvia cae 
infinitas estocadas de duelo
entre mis ojos y esa garganta
dicen del Diablo, digo de Dios.

Tan solo la magnificencia de Cristo
puede hacer que esos vencejos
vuelen y sobrevuelen, el puñal de agua
que penetra esta profundidad.

Yo me agarro a la mano de una niña
que el cielo me regalo aquí, Iguazú.

En esta selva hoy torrencial
me agarro y me deslizo hacia ella.
y me elevo a esa luz tan poderosa
que es un cisma en mis pensamientos
socava huellas de imágenes anteriores.

Yo te siento y  escucho Iguazú.

En el tren, el ciclo de los pájaros
retorna con colores incandescentes
coaties , selva y fantasmas
sobrevuelan el carnaval de estos rieles.

La niña, ya no lo es.
Es una diabólica mujer de ojos azules
piernas temblorosas y largas
y cabello del silencio.

Yo te prometo que cuando este avión
se recueste sobre la selva exterior
los labios de estos dos estigmas
convertidos en santidad
este tiempo
se convertirán en señales
de un desgarro intenso.
y eterno.

El cielo firme sostiene la enorme nervadura
de esta franca e infinita raíz,
de agua de ríos.
La noche se hace eterna y lúcida
y tus ojos no se despegan de mi mente.

La secuela de tu luz está aquí.
Elaboro en mis pensamientos
cielos y selva.
Noches de hielo y cansancio,
lunas rodeadas de vapor.

Hay pronto en mí, imágenes
de calles zigzagueantes.
Puestos de ternura y calor
ómnibus llenos de locura,
y de nuevo cielos
llovizna, soledad, amor.

Y tal vez por todo esto
 te extraño tanto.

Sí. Solo tu imagen 
acerca mi distancia
a la vida.
Y cuando te veo
Dios, eres esa voz
que me eleva.
Iguazú, tú, el ave acorazada
de plumas con colores
incandescentes.
Y en tus pies
llevas a mi niña.

Hoy ya mujer
penetrante y voraz.
Ojos verdes, de rocas que penden
de un ciclo de mitos alunados.
Brillo de amatista.
Y me acompañas 
hasta el final.

(c)César Javier Altamirano
La Plata
Provincia de Buenos Aires
República Argentina
César Javier Altamirano (La Plata, 1964). Poeta inédito, ha difundido su obra a través de periódicos, concursos (fue premiado en el certamen Nacional de las Artes y de las Ciencias en la editorial Cátedra) y antologías tales como Escritores al fin del milenio, editado por la Municipalidad de La PlataManteniéndose al margen de los circuitos, construye una obra singular e interesante. Tiene los siguientes títulos en espera: Salta y la luzDesde el umbral de la revoluciónEl milagro, El mar y los niños, Lerma y los silencios.