Río y bosque, Valle de Andorra, Ushuaia

Río y bosque, Valle de Andorra, Ushuaia
enero de 2019

Canal Beagle, Ushuaia

Canal Beagle, Ushuaia
enero de 2019

lunes, 22 de noviembre de 2021

David González

 Poemas del libro "Cuero de puma"

 

la realidad

es una casa

habitada por soledades

 

pura sombra

donde no crecen

los yuyos

 

el aire

tiene miedo de ser

una versión

de la memoria

 

en el umbral

solo tinieblas

inocentes

sin voz.

 

 

 

 

 

 

 

 

el cuerpo

arraigado país

de ficciones

con mi sangre

proclama

los enigmas

del comienzo

 

niega

la pureza

de la materia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

trae esquirlas

el otoño

 

ladridos de perros

ajenos al poema

 

 una prueba irrefutable

 

dios está ocupado

en cosas más importantes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

la desolación

es una ciudad

vacía de aire

 

lleva por nombre

una paradoja

donde nadie

es inocente.

© David González

David González (1979), radicado en Viedma Patagonia Argentina desde 1986.

Publica poesía en revistas, publicaciones y medios culturales de Latinoamérica, España y EEUU.

Ha publicado los libros 11 (editorial la Mariposa y la Iguana, 2016) y 40° 63° (editorial Vela al Viento, 2019), Cuero de Puma (Kuruf Taller de Libros 2021).

Integra 11+ 4, un colectivo artístico de diversos lenguajes artísticos.

Integra Escénica Teatro en Territorio, grupo teatral de Viedma.

Integra Ojos de Perro, junto con Laura Raiteri , un proyecto de escritura a cuatro manos.

Contacto David González : homerals2@gmail.com

Felipe Fernández Sánchez

 

Mi voz

 

 

Mi voz requiere de unos signos inventados, tiempo ha.

Dar rienda suelta a mis palabras arrinconadas.

Las oscuras, las límpidas, las eternas y las efímeras.

A veces negras.

 

Mezcladas van las tardes luminosas,

las que quisimos sin fin,

y que acababan siempre demasiado pronto.

Y mi espíritu está hecho

de aversión, de aprecios y de olvidos.

Encajo la mandíbula de pura rabia.

Me quedé traspuesto en su regazo.

 

No pensar, jamás, en lo que perdí.

Todavía recibo visitas de algún recuerdo.

La redacción de un epitafio.

Tristezas de las despedidas.

Mi madre cuando se reía de mí.

Mi madre altanera, presumiendo de mí.

 

 

 

Sin ganas

I

Arácnidos discurren por la piel, espaciados,

congelando los alaridos antes de brotar al universo.

Mudo casi muerto, moribundo,

un ánima más entre espectros huidos,

perdidos eternamente.

 

El día después nació otra vida,

otra vida que no entiendo.

Limacos enormes nos devoran,

dejando rastros de saliva sobre los huesos.

 

Osarios negros jalonan los parajes

allá donde mires,

justo antes de que tus ojos pendan de tu cara.

Gusanos, escarabajos, arañas, cucarachas, reptiles, serpientes,

todo aquello que se arrastra, todas las formas inventadas por los dioses locos.

Escamas. Escrófulas. Escaras. Esperpentos.

Arrastradas, pegadas al suelo envueltas en babas,

arrolladas, ondulando bajo formas escabrosas.

Gotea, gotean noches sobre la luz. Sucia urbe,

menos luz sobre las casas,

el manto de hedor ahoga los brillos y mueren vidas.

 

II

 

Otra vida que no entiendo surgió

el día que murió

el mundo que conocíamos.

Es terrible ver la muerte del hombre

cuando le sube la fiebre.

Cuerpo ardiendo,

con el calor que lo llevará al colapso.

 

Y nosotros juntos en su derredor,

muy cerca, aprovechando el calor.

 

Otra vida que no entiendo surgió,

el día en que murió

el mundo que conocíamos.

Altares

 

 

 

 

En aras de vieja piedra

donde siempre hay gente rogando,

siempre pidiendo,

también en los altares modernos.

Los que van dando las gracias por los alimentos

que ellos mismos han cultivado.

Los que agradecen las compras hechas en el centro comercial.

Los recitadores de preces para el Gran Conseguidor,

dando las gracias por el producto cosechado

con el sudor de otras frentes.

Otros, recogen el óbolo dado

que dan los varados en los semáforos.

 

 

Los que claman por una justicia esquiva.

Los que desean el castigo de otros.

(Para que aprendan. Se lo merecen. Mano dura. Con firmeza.)

Estas guerras que no solucionan conflictos (ninguna lo hizo).

¡Entonces!

Nos invaden seres miserables.

Lo peor de cada casa.

Gentuza pobre.

Desechos del submundo.

Desean de lo mío, me lo quieren confiscar.

Estoy construyendo una valla inexpugnable

Para, desde lo alto, ver a la chusma.

Esas insignificantes gentes que se desplazan

como hormigas, en su loco discurrir.

(c) Felipe Fernández Sánchez
España

Felipe Fernández Sánchez por él mismo

Vine al mundo en Madrid mediado el siglo veinte, por azares del destino terminé trabajando en el mundo bibliotecario. Sin motivo aparente, soy de los que disfrutan leyendo: al poco tiempo, con una chispa de ingenio a lo que soy proclive, me percaté de que eso era lo mío, aún me acuerdo cuando descubrí Bartleby el escribiente de Hermann Melville cuando lo colocaba en su lugar.

Pasado el tiempo me dio por escribir, fruto de ello es el blog “Inverosímil_felipe” http://inverosimilfelipe.blogspot.com.es/  en el que consigo comentarios amables de familiares y amigos. Item más, se me ocurrió lanzarme a Internet y han tenido a bien publicarme pequeños relatos en Sci-Fdi, Prosofagia, Planetas Prohibidos, Ariadna rc , Letralia Tierra de Letras, Palabras Diversas, Axxon, El coloquio de los perros, Monolito y Triadae.

Además han salido poemas en las revistas Ariadna rc, Almiar margencero, Destiempos, Palabras Diversas, Letralia: Tierra de Letras, Viceversa Magazine, Alhucema, Nagari, Sol negro, Archivos del sur y Babab. Colaboraciones en libros electrónicos: Una colaboración en Doble en las Rocas en conmemoración de los 19 años de Letralia Tierra de letras. (SigüenzaEl relato “El bibliotecario” para los veinte años de Letralia Tierra de letras. 

 En twitter: https://twitter.com/mediaorell En facebook: http://www.facebook.com/felepeefe