Os Homens carregam suas sombras
Os homens carregam suas sombras.
Afundam
na madrugada com todas as suas estrelas.
Não
conheço minha carne.
Não sou dono das sílabas que meus lábios
subtraem ao eclipse
e as chamas verdes destas árvores.
Marcho
pelo céu e me detenho vazio de corpo e alma
Diante dos deuses que se suicidam no
abismo.
Toda eternidade me é contrária e só sou eu
mesmo naquilo que liquido.
A benevolência cresce em mim como uma
praga.
E o amor só se realiza como acerto de
meus passos mal desenhados e malditos.
Cavalos me despertam.
Ultrapassam minha sede e minha espécie rumo
ao nada.
Não há água que limpe a sujeira de
minhas mãos e da minha raça.
A clareira dos abutres já me espera.
Homenagem lunar tatuada em minhas chagas.
Círculo monótono de pés e de gravetos fremem
em meu coração.
Enquanto as paredes podres se destacam
do meu sangue enferrujado.
E eu assisto indiferente
À procissão de vermes que deixam minha
existência bem mais leve
E coroam a minha cabeça abençoada.
Meu rosto é esse espaço.
Inauguro
a minha fala entre essas rezes.
Não
sou o sopro liverto com as palavras
Nem a glória que se eleva fugaz
Ave solta de meu pulso aberto e minhas
palmas.
Eu sou o homem.
E agora me ajoelho contrito ante o sol
negro em minha prece.
De “Eu venho de um país selvagem”, 2009
Los hombres cargan sus sombras
Los hombres cargan sus sombras.
Se hunden en la madrugada con todas sus
estrellas.
No conozco mi carne.
No soy dueño de las sílabas que mis
labios sustraen al eclipse
y a las llamas verdes de estos árboles.
Marcho por el cielo y me detengo vacío
de cuerpo y alma
Delante de los dioses que se suicidan en
el abismo.
Toda eternidad me es contraria y solo
soy el mismo en aquello que extingo.
La benevolencia crece como una plaga en
mí.
Y el amor solo se realiza igual que la
certeza de mis pasos mal dibujados y malditos.
Caballos me despiertan.
Ultrapasan mi sed y mi especie rumbo a
la nada.
No hay agua que limpie la suciedad de
mis manos y de mi raza.
El claro de los buitres ya me espera.
Homenaje lunar tatuado en mis llagas.
Círculo monótono de pies y palos
tiemblan en mi corazón.
Mientras las podridas paredes se
destacan de mi sangre herrumbrada.
Y yo asisto indiferente
A la procesión de gusanos que dejan mi
existencia bien leve
Y coronan mi cabeza bendecida.
Mi rostro es ese espacio.
Inauguro mi habla entre esos rezos.
No soy el soplo libre con las palabras
Ni la gloria que se eleva fugaz
Ave suelta de mi pulso abierto y mis
palmas.
Yo soy el Hombre.
Y ahora me arrodillo contrito ante el
sol negro en mi oración.
Não
conheço teu corpo: habito tua voz
Não conheço teu corpo: habito tua voz.
A noite é um som de galos e se quebra.
Desperta o minério. Sonha alada dentro
do cristal.
Abriga nossa faces. Desfaz toda
distância.
Suprime o espaço que vai da ideia à treva.
Clareira e vazante. Esta foz nos
precede.
A água gera uma água inaugural em sua taça.
És tu, pedra enredada entreas mãos das
ervas.
Onde esculpo teu rosto feito de carícia
e tempo.
Aqui vivemos o despertar da carne, presa
e pétala.
Iluminados irrigamos essas árvores,
somos sua linfa.
A madrugada tranquila, verde tergal,
sonho aberto
Verga -se sobre os confins de nossos
corpos
e as éguas que movem a Terra.
Sorvidos em um movimento puro, ela nos
rega.
Assim a eternidade se entrelaça em nós.
Assim a plenitude não nos basta:
Animais, extraímos luz da luz na selva.
De “Eu venho de um país selvagem”
No
conozco tu cuerpo: habito tu voz
No conozco tu cuerpo: habito tu voz.
La noche es un son de gallos que se
quiebra.
Despierta el mineral. Sueña leve dentro
del cristal.
Abriga nuestras caras. Deshace toda
distancia.
Suprime el espacio que va de la idea a
la tiniebla.
Claridad y reflujo. Esta confluencia nos
precede.
El agua concibe un agua inaugural en su
taza.
Eres tú, piedra enredada entre las manos
de las hierbas.
Donde esculpo tu rostro hecho de caricia
y tiempo.
Aquí vivimos el despertar de la carne,
presa y pétalo.
Iluminados irrigamos estos árboles,
somos su linfa.
La madrugada tranquila, verde tergal,
sueño abierto
Se cimbrea sobre los confines de
nuestros cuerpos
y de las yeguas que mueven la Tierra.
Absorbido en un movimiento puro, ella
nos riega.
Así la eternidad se entrelaza en
nosotros.
Así la plenitud no nos basta:
Animales, extrajimos luz de la luz en la
selva.
……………………………………………………………
A
chuva refaz os interiores em silêncio
A chuva refaz os interiores em silêncio.
Desmancha todos os muros com suas luvas.
Somos todos estrangeiros. Não há ninguém
lá fora.
O sol não veio. Seus favos de trigo não deitaram
sobre a noite.
Nem a água antiquíssima pousou sobre meus
cabelos.
O cristal ainda dorme em seu primeiro
espinho.
Que venha a política. A merda polida por
palabras.
O assassinato em nome de nobres causas.
Civilização, arte, imbecis emoldurando
nada.
Todos nós, coisas entre coisas, avessos
da espada.
Holocausto ao vazio, templos de lata.
A fauna nos povoa quando somos este
espaço
Entre o voo verdadeiro e o projeto de
asa.
A cada gota um deus em mim se levanta
nesta sala.
Sei
que foste para outro país, inacessível.
Trazes apenas a marca de tua alma em
cada objeto
E caminhas pela casa e te perdes nos
espelhos.
Uma estupidez qualquer que nos tire
deste peso:
Existirmos sem palavras, sermos sem saber
do ser, seu veio.
Essa morte abjeta, compartida, ossos
animados,
Gado sem recheio que vende a alma em
troca de conceitos.
Apenas eu e tu, contra o mundo, o
círculo não se completa.
A chuva, ela e apenas ela, eternamente cai.
Não explica, não indaga, não oculta, não
confessa.
Apenas demonstra a lei da gravidade e
sua beleza:
Maior afirmação de quem sorri em plena queda.
De
“Eu venho de um país selvagem”
La
lluvia rehace en silencio los interiores
La lluvia rehace en silencio los
interiores.
Deshace todos los muros con sus guantes.
Somos todos extranjeros. No hay nadie
allá afuera.
No veo el sol. Sus panales de trigo no
se tenderán sobre la noche.
Ni la antiquísima agua se posó sobre mis
cabellos.
El cristal aun duerme en su primera
espina.
Que venga la política. La mierda pulida
por palabras.
El asesinato en nombre de nobles causas.
Civilización, arte, imbéciles enmarcando
la nada.
Todos nosotros, cosas entre cosas,
aviesos de la espada.
Holocausto al vacío, templos de lata.
La fauna nos puebla cuando somos este
espacio
Entre el vuelo verdadero y un proyecto
de ala.
Un dios en mí se levanta en esta sala a cada
gota.
Sé que fuiste a otro país, inaccesible.
Trazas apenas la marca de tu alma en
cada objeto
Y caminas por la casa y te pierdes en
los espejos.
Una estupidez cualquiera que nos gire de
este peso:
Existimos sin palabras, somos sin saber
del ser, su vena.
Esa muerte abyecta, compartida, huesos
animados,
Ganado sin relleno que vende el alma en
trueque de conceptos.
Apenas tú y yo, contra el mundo, el
círculo no se completa.
La lluvia, ella y apenas ella,
eternamente cae.
No explica, no indaga, no oculta, no
confiesa.
Apenas demuestra la ley de la gravedad y
su belleza:
Mayor afirmación de quien sonríe en
plena caída.
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Rodrigo Petronio, (São Paulo, Brasil,
1975), es escritor y filósofo, autor de 17 libros. Profesor de la FAAP y
coordinador del curso de Escritura Creativa, uno de los pocos estudiantes de
posgrado en portugués en esta área. Doctorado en Literatura Comparada (UERJ),
completó su estudio sándwich en la Universidad de Stanford. Graduado en
Literatura Clásica y Vernácula (USP), con dos maestrías: en Ciencias Religiosas
(PUC-SP), sobre el filósofo contemporáneo Peter Sloterdijk, y en Literatura
Comparada (UERJ), sobre literatura y filosofía del Renacimiento. Desarrollo
posdoctoral en el programa Inteligencia Digital y Tecnología del Diseño
(TIDD|PUC-SP), donde actualmente es investigador asociado. Durante veinte años
ha impartido oficios de escritura creativa y cursos libres en diversas
instituciones. El Taller de Escritura Creativa y el Curso Libre de Filosofía
serán referencias en Brasil. Actualmente en el mercado editorial desde hace
veintiséis años, trabajó en cientos de obras y en todas las etapas del proceso
editorial. Desde hace veintitantos años colabora regularmente como periodista y
ha publicado cientos de artículos, reseñas y ensayos en algunos de los dos
principales medios impresos. Recibió premios nacionales e internacionales en
las categorías de poesía, ficción y ensayo.
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